El combo hot oriental-latino que mezcla ojos rasgados con pulposas curvas ya es un fetiche sexual de moda entre argentinos | Fuente: Victoria Gesualdi La elegancia de Oriente combinada con el calor latino potencia la sensualidad. Conozca a las belleza, que sin ser estrellas porno, deleitan a los hombres por las calles.
Nacidas orientales, tienen ese aspecto de fría elegancia: la piel satinada, la delgadez extrema, los ojos como almendras, el cabello negro y lacio. Criadas en Buenos Aires, se les agrega un condimento latino que las hace más sexuadas y les suman a sus tradiciones la moda que más les conviene.
Ahí están con su look tipo cómic, algunas con flequillitos, otras con permanente y, a veces, hasta luciendo exóticas y largas uñas de colores estridentes.
“En Oriente se come muy sano, pero diferente, y es probable que segundas generaciones criadas acá hayan cambiado un poco su metabolismo hacia una voluptuosidad, quizá, brindada por la carne vacuna y la disminución de las proteínas como el arroz, que allá se consume en grandes cantidades y todos los formatos”, ensaya el doctor Alberto Méndez, nutricionista.
“Es natural que las segundas generaciones tomen pertenencia de un lugar y lo hagan propio. No hay por qué encerrarse en un ghetto, ya que cuando se canaliza bien es un enorme privilegio poder alternar entre dos culturas. Yo no perdí mis tradiciones familiares, pero también me integré perfectamente a la sociedad en la que vivo sin ser ‘la hija del tintorero’”, explica la licenciada Miho Tamae, psicóloga japonesa, criada en Argentina.
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