Friday, August 01, 2008

Piden no usar medias blancas con zapatos negros en los JJ.OO.
En Pekín, repartieron durante cuatro años folletos donde se enseñaban buenas costumbres.
La idea es erradicar tradiciones muy típicas de los chinos, por lo menos, durante los Juegos Olímpicos.

La reeducación que se produjo en China para dejar una buena imagen durante los Juegos Olímpicos tuvo su rédito, parece. En Pekín se llevó a cabo una “exitosa” campaña para extinguir arraigadas costumbres como la de combinar medias blancas con zapatos negros una tradición entre la población pero que “es de muy mal gusto”.


Los encargados de llevar adelante esta campaña destacaron que es de “muy mal gusto” hacer esta combinación que es una tendencia estética típica de China. Pero no es la única recomendación.


Tampoco está bien estrechar la mano durante más de tres segundos cuando conoces a alguien y es necesario saber cuándo deja de ser correcto mirar a los ojos a tu interlocutor durante una conversación, enseñaron las autoridades a los pequineses.

Así pues, Pekín lo ha conseguido, desnaturalizó la espontaneidad de sus ciudadanos tras cuatro años de intensas campañas cívicas, que servieron para hacerles ver que escupir en cualquier lugar, como en los ascensores o en los vagones del metro no está bien.

Al menos si hay que creer a Zheng Mojie, subdirector de la Oficina de la Comisión para la Construcción de la Civilización Espiritual de la Capital, que, citado por el diario "South China Morning Post", se mostró muy satisfecho por los resultados.

"Hemos notado una gran mejoría en las maneras del público en los pasados años", dijo. "Ayer, en mi coche, traté de ver si alguien en la calle estaba escupiendo al suelo. No vi a nadie".

Efectivamente, el escupitajo gratuito, precedido de una sonora limpieza de garganta y al que los chinos son tan aficionados, está cayendo en desuso en Pekín, como está sucediendo con las peleas frente a las puertas de colectivos y metros por acceder antes que los demás; ahora los pequineses forman colas.

Y es que, según Zheng, se distribuyeron folletos explicativos acerca de las normas más básicas de etiqueta en 4,3 millones de hogares y cinco millones de ciudadanos han recibido clases para aprender a comportarse en público, lo que ha tenido su efecto.

Como consecuencia, durante los JJOO será más difícil que antaño dar con transeúntes en pijama en medio de las calles, o con gente con el pantalón arremangado por las rodillas y la camiseta por encima de la panza.

Los folletos explican, además, cómo tratar con los extranjeros, poco acostumbrados a dar explicaciones sobre su edad, su salario o su vida matrimonial nada más conocer a un extraño.

Una de las normas cívicas de las que no duda Pekín que ha sido bien asimilada por la gente, es la de animar a todos los atletas durante los JJOO, no sólo a los chinos.

La campaña de educación también le dice a las mujeres que vigilen el largo de su pollera. No menos de tres centímetros por debajo de las rodillas en el caso de las mujeres mayores y no demasiado atrevida para las más jóvenes.

Descalzarse en los trenes y poner los pies en el asiento del compañero de viaje tampoco es una costumbre extendida en Occidente, dice el folleto, por lo que los chinos educados deberán de abstenerse de continuar con esta costumbre.

Los JJOO de Pekín presentarán, pues, al visitante a una sociedad reeducada, cordial y sonriente, incluso en exceso, durante los JJOO, aunque de momento nadie sabe qué pasará después.
Viernes 1 de Agosto de 2008 09:44

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